sábado, 14 de julio de 2007

Un 26 de Septiembre...

Fue un 26 de Septiembre, en 1984 en Pozoblanco, que la mas insigne España Cañí agregó un nombre más a la historia de la tauromaquia, un nombre que quedaría siempre en las mentes de todos por los siglos de los siglos... y lo que dure El Tomate.
No estoy hablando de Paquirri, sino del Toro que le propició el pasaporte de salida del ruedo para la eternidad: Avispado.
Avispado contaba con tan sólo cuatro añitos de edad cuando aquella tarde del 26 de Septiembre del 84 nos regaló una viudísima de por vida. Una certera cornada en el muslo se llevó por delante a Paquirri, uno de los toreros más famosos de los setenta y ochenta, gaditano de pies a cabeza y guapo oficial de la plaza. Las mujeres de media España lloraron su muerte. Recuerdo al día siguiente por la mañana, en aquellos tiempos donde la programación de TVE acababa sobre la medianoche y no había mas remedio que esperar al día siguiente o pegarse a la radio. Esa mañana del 27 mientras esperaba el ascensor para ir al cole, las vecinas no hablaban de otra cosa. Todo lo que habíamos escuchado la noche anterior en el telediario oficial de las 8.30 era que Paquirri había sido ingresado de urgencias. Cotilleos de ascensor confirmaron lo que nadie queria oir: Paquirri no lo había superado.

¿Y el toro? ¿El toro más famoso de la ganadería de Sayalero y Bandrés con el número 9? Según la tradición taurina, cualquier toro que acabe con la vida del matador es inmediatamente sacrificado, su cabeza cortada y destruída. Creo recordar, si no me equivoco, que la guía que enseña La Maestranza comenta en las visitas que cuando murió Manolete, no sólo el toro fue sacrificado, sino también la madre, por eso de no parir otra bestia.

En el caso de Paquirri, sólo se sacrificó al animal y se dejo en paz a su mamá, pero al contrario de lo que se esperaba de la tradición, alguien guardó la cabeza (se dice que un carnicero), de la que se decía que sólo se conservaron las astas.

Sin embargo hace poco aparecieron en una finca cercana a Sevilla sus restos conservados en sal, que se restauraron y cuya cabeza se encuentra en la actualidad en el bar Hermanos Lora en Gelves (Sevilla). El bar, verdadero templo o mausoleo taurino, tiene su propia web con una historia de la mayoria de toros disecados que posee, algunos de los cuales mataron en la plaza a toreros de renombre.


Eso sí, para ser avispado (valga la redundancia), habría que haber echado un ojito a ebay en las pasadas semanas, ya que Hermanos Lora puso la cabeza del susodicho a subasta hasta el pasado 6 de Julio, por la módica cantidad de 30,000 eustaquios. No hubo puja ni vencedor, por lo que quiza se subaste de nuevo. Ni que decir tiene que el toro que nos dejó un culebrón aún en boga trae certificado de sanidad y de autenticidad y que pasará aún un tiempo hasta que la saga acabe. Con tantas fatalidades atribuidas a "su maldición" no sería de extrañar que la Pantoja acabe culpando al torito bravo de sus desdichas.

Candela ha hablado.

1 comentario:

Nereag dijo...

me acuerdo de aquel día como si fuera ayer, me acuerdo que estaba yo en la habitación de mis padres con ellos, y estábamos escuchando la radio, y de pronto dieron la noticia, me quedé helada,

besos